En el imponente Cañón del Río Magdalena, los indígenas tallaron en la roca una figura con las manos en alto, en señal de adoración, que mira al río y
En el imponente Cañón del Río Magdalena, los indígenas tallaron en la roca una figura con las manos en alto, en señal de adoración, que mira al río y al sol naciente con figuras alrededor de simios en movimiento. Figuras policromadas con colores rojo, negro, amarillo, azúl y blanco fueron impecablemente talladas en representación del dualismo vida-muerte.